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El Chotis: baile popular de las fiestas de Madrid

El Chotis se bailó en Madrid por primera vez en 1850, en el Palacio Real con el nombre de Polca Alemana.

Alcanzó gran popularidad y se convirtió en un símbolo de las fiestas madrileñas.

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El Chotis no es madrileño, toma nombre de la palabra alemana Schottisch, que significa escocés. En la actualidad, perviven algunas variantes del schottisch en Argentina, Austria, Brasil, Escandinavia, Finlandia, Francia, Italia, México, Italia, Paraguay, Portugal, Suiza y Uruguay. Se puso de moda en casi toda Europa durante el siglo XIX y se extendió a América.

En Madrid adaptó el nombre de Chotis y es parte fundamental de las festividades madrileñas durante las celebraciones de San Isidro y La Virgen de la Paloma.

Es sencillo de bailar y se hace en pareja. Durante el baile la mujer gira alrededor del hombre que, a su vez, va girando sobre su propio eje. El hombre debe colocar los talones muy juntos, agarrando a su pareja en posición de pasodoble.  En un momento del baile, el hombre clava la punta de los pies y gira los talones mientras que la mujer cambia el movimiento, pasando el pie izquierdo por detrás del derecho. La impresión que se debe dar, es que la pareja está dibujando un círculo.

Por eso se dice en lenguaje popular que «no se necesita más espacio que una baldosa» para bailarlo. Es típico verlo bailar en las verbenas o fiestas «castizas» de Madrid. Las mujeres suelen bailarlo ataviadas con un mantón de Manila y pañolón cubriendo media cabeza, y los hombres visten con chaleco, pantalón de rayas y una parpusa o gorrita de visera en su cabeza.

El Chotis se baila en pareja cara a cara, al son de un organillo. La relación del chotis con el organillo es muy estrecha, ya que desde su comienzo, la interpretación del chotis con organillo es tradición en las verbenas populares de Madrid. 

El organillo es un instrumento musical portátil inventado a principios del siglo XIX en Inglaterra. Fue introducido en Madrid por Luis Apruzzese que se instaló en Madrid donde abrió un taller de fabricación y reparación de organillos. Los organillos se fabricaban con madera de nogal y la tabla armónica para las resonancias se hacía con madera de pino melis.

Contiene una serie de púas clavadas en un rodillo, de diferentes formas y tamaños, que mueven a su vez a unos macillos, golpeando las cuerdas situadas en el interior de un cajón, haciéndolas sonar.

Cada rodillo suele tener diez canciones «marcadas” con las púas en el sentido de rotación del rodillo.  La selección de la pieza se efectúa mediante una varilla con muescas y cada una corresponde a una partitura diferente. El eje del rodillo tiene en uno de sus extremos unas muescas que corresponden a cada canción y para que el rodillo no se desplace longitudinalmente, se fija con una pieza que hace de freno.

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